Ajani lucha contra su culpa y trauma con la ayuda de los Abzan, mientras Narset y Elspeth buscan respuestas sobre las tormentas de dragones.
El tercer episodio de la historia de Tarkir: Dragonstorm comienza con una nueva perspectiva: la de Ajani. Tras recuperar su chispa y humanidad, Ajani se exilió en los desiertos de Tarkir como un castigo autoimpuesto por su papel durante la invasión de los Phyrexianos.
Al llegar a Tarkir, los Abzan lo recibieron con los brazos abiertos. Al principio, el clan respetó su espacio y mantuvo distancia, pero con el tiempo, convencieron al guerrero Leonin de unirse a sus cacerías y enviaron embajadores a su refugio para estrechar lazos. Sin embargo, la culpa y el dolor de Ajani le impidieron formar nuevas alianzas, lo que llevó a los Abzan a cambiar de estrategia.
Fue entonces que apareció Nur, una djinni conocida como la Guardiana Errante. Con paciencia y empatía, Nur logró ganarse la confianza de Ajani, aunque no fue fácil convencerlo de abandonar su exilio. En un momento crucial, Nur le dijo:
“—y me preocupo por ti. Esto no es vivir. Es solo una muerte aplazada.”
“O un castigo,” respondió Ajani, evitando su mirada.
“¿Y quién decide cuándo el castigo es suficiente?”
Mientras Ajani lucha con sus demonios internos, Narset y Elspeth continúan su búsqueda de respuestas sobre las misteriosas tormentas de dragones. Las dos viajan a los establos de los jinetes de dragones Jeskai, donde Narset recluta a un joven dragón para que las acompañe. Montadas en su nueva aliada, parten hacia el Crucible, el lugar donde tuvo lugar una gran batalla en el pasado.
Al llegar, Elspeth se sorprende al ver varios Hedrones flotando sobre un enorme abismo, similares a los que Nahiri construyó en Zendikar para contener a los Eldrazi.
“Hedrones,” dijo Elspeth, sorprendida. “Sé que Nahiri los construyó en Zendikar para aprisionar a los Eldrazi. Pero ¿qué hacen aquí? Nunca se mencionó que ella viniera a Tarkir.”
“Ugin le enseñó a crearlos. Al menos, eso me dijeron. Y estos contienen una parte de su fuerza vital,” explicó Narset mientras guiaba a su dragón hacia el abismo.
Narset está convencida de que las respuestas a las tormentas de dragones y a los eventos que sacuden el Multiverso se encuentran en ese lugar. Sin embargo, su exploración se interrumpe cuando una voz incorpórea las llama hacia un templo, advirtiéndoles que el tiempo se acaba. Mientras tanto, otra tormenta de dragones comienza a formarse en el cielo, y Narset ordena a su dragón que regrese a territorio Jeskai para advertir a su gente.
En ese momento, aparece una figura familiar: Sarkhan Vol. Sin su chispa de planeswalker y con una apariencia desgastada, Sarkhan se acerca a Narset y Elspeth con intenciones ambiguas. Narset, desconfiada, le pregunta por qué está en el Crucible, a lo que él responde de manera críptica:
“Buscando esperanza…”
A medida que Sarkhan se acerca, Elspeth desenvaina su espada, lista para defenderse. Sarkhan continúa hablando en enigmas, declarando que “De Tarkir surgieron los dragones” y que “del Multiverso emergerán más”, concluyendo con una ominosa afirmación:
“Todo el Multiverso se convertirá en un reino de dragones.”
Elspeth, firme, responde que eso no sucederá mientras ella viva. Sarkhan, en un intento desesperado, ataca a la Archangel, pero su estado debilitado lo hace vulnerable. Elspeth bloquea su ataque con facilidad y lo derriba con un golpe que le rompe varias costillas. Justo cuando está a punto de asestar el golpe final, Narset la convence de perdonarle la vida.
Sin embargo, Sarkhan aprovecha la distracción para intentar un ataque sorpresa, pero Narset usa su magia para lanzarlo lejos. Herido y derrotado, Sarkhan es dejado atrás con una advertencia: si vuelve a atacarlas, no habrá clemencia.
El capítulo concluye con Sarkhan arrastrándose de vuelta a su refugio en las afueras del territorio Mardu. Allí, lo espera una figura encapuchada que se presenta como Taigam, diciendo:
“Creo que tengo algo que quieres.”
Este episodio de Tarkir: Dragonstorm profundiza en las luchas internas de Ajani, mientras Narset y Elspeth se enfrentan a los misterios de las tormentas de dragones y a un Sarkhan Vol desesperado. Con un ritmo emocionante y giros inesperados, la historia promete más revelaciones y conflictos en los capítulos venideros.
