El formato Estándar de Magic: The Gathering atraviesa uno de sus momentos más tensos en los últimos meses. Aunque la popularidad del formato ha crecido gracias a lanzamientos recientes como Final Fantasy, la diversidad en el metajuego brilla por su ausencia. La culpa recae principalmente en el arquetipo Vivi Cauldron, un mazo que ha demostrado ser tan consistente como opresivo, y que actualmente domina los torneos de manera alarmante.
A pesar de que los jugadores han pedido medidas inmediatas, Wizards of the Coast ha confirmado que no habrá baneos de emergencia. En su lugar, la compañía seguirá su calendario oficial de ventanas de prohibiciones, lo que significa que la comunidad tendrá que convivir con este metajuego hasta noviembre.
El Problema De Vivi Cauldron
El combo entre Vivi Ornitier y Agatha’s Soul Cauldron se ha convertido en el centro de Standard. Su capacidad para repartir habilidades por todo el campo de batalla, sumada a planes agresivos alternativos, lo hacen un mazo extremadamente difícil de contrarrestar.
Según Wizards, este arquetipo representa ya 41.4% del metajuego ganador en más de 600 torneos recientes, un porcentaje que recuerda a lo sucedido con Izzet Prowess antes de su baneo.
¿Por qué No habrá Baneo Inmediato?
Wizards ha reconocido el problema, pero se mantiene firme en no alterar su cadencia de baneos programados. Según explican, romper este calendario afectaría la confianza de los jugadores y desestabilizaría la planificación de torneos oficiales como los RC y RCQ.
Esto significa que, salvo un colapso absoluto del formato, no veremos ninguna acción hasta la ventana del 24 de noviembre.
La Espera Y La Incertidumbre
El panorama no es alentador. Hasta entonces, los jugadores deberán enfrentarse a un metajuego dominado por Vivi Cauldron, salvo que los próximos lanzamientos, como el set de Spider-Man en septiembre o Avatar: The Last Airbender en noviembre, logren sacudir el formato.
Sin embargo, todo apunta a que el mazo seguirá siendo dominante y que, finalmente, Wizards tendrá que tomar cartas en el asunto.
El Estándar actual vive un periodo de frustración: por un lado, una comunidad deseosa de un entorno más diverso y, por el otro, una compañía comprometida con un calendario rígido. Aunque existen respuestas técnicas al combo, la realidad es que su presencia masiva limita la creatividad y sofoca la competitividad.
La gran pregunta es: ¿podrá el formato resistir tres meses más sin una solución inmediata?
