Iona es uno de los mayores arcángeles de Zendikar.
Los justos ya no deberán temer a los malvados.
| Raza | Ángel |
|---|---|
| Lugar de Nacimiento | Zendikar |
| Periodo Historico | Desconocido |
Historia
Durante el primer despertar de los Eldrazi en los planos, los ángeles lograron no ser sometidos por los Eldrazi, pero las monstruosidades interplanares aún dejaron su huella en los ángeles. Esto hizo que los ángeles zendikari usaran su halo sobre sus ojos, simbolizando su ceguera ante las atrocidades de los Eldrazi y su impotencia para ayudar. El halo pica cuando se usa de esta manera y los ángeles solo pueden ver una blancura deslumbrante. El halo sirve como una especie de correa vergonzosa, encadenando a los ángeles a la aquiescencia y evitando que interfieran con el progreso destructivo de los Eldrazi. Durante milenios, esta incapacidad para ayudar fue malinterpretada como una señal de equidad e imparcialidad.
El recuerdo de la destructividad de los Eldrazi y la responsabilidad de los ángeles hacia Zendikar, hizo que un pequeño grupo selecto de ángeles se levantara, los Arcángeles Mayores. Eran lo suficientemente poderosos como para resistir el reinado de los Eldrazi, manteniendo su vista, su lealtad a los oprimidos y su capacidad de acción voluntaria. Entre ellos estaba Iona. Ella defendió a Zendikar durante el último despertar de los Eldrazi, pero incluso su legado se había contaminado por su poder. Su formidable poder no pudo hacer nada para defenderse de la magia incolora de los Titanes Eldrazi. El epíteto que le dieron sus seguidores, el “Escudo de Emeria”, la ataba a una visión distorsionada de Emrakul. Todo lo que había hecho para luchar contra los Eldrazi había servido irónicamente como una herramienta para su causa.
Cuando Iona descendió de Emeria para luchar contra los Eldrazi, dejó la Ruina Celestial sin vigilancia. Se desconoce el papel preciso que asumió durante la batalla entre los Titanes Eldrazi y el Gatewatch, e incluso si sobrevivió a la terrible experiencia.
