Una historia de lealtad, engaño y redención en el corazón de los pantanos de Tarkir.
En los oscuros pantanos de Tarkir, donde la decadencia y la muerte son tan comunes como la vida, la historia de Nishang, un antiguo soldado leal al clan Sultai, se desarrolla como un relato de traición, redención y el precio de la inmortalidad. Una vez un guerrero orgulloso al servicio del dragón Silumgar, Nishang ahora se encuentra consumido por una enfermedad que devora su cuerpo y su espíritu. Sin embargo, en su desesperación, encuentra una oportunidad para vengar a su maestro caído y restaurar el antiguo orden. Pero, ¿a qué costo?

La Caída De Un Guerrero
Nishang ya no es el hombre que alguna vez fue. Su brazo, consumido por una enfermedad necrótica, es poco más que un miembro putrefacto que emana un olor nauseabundo. A pesar de sus esfuerzos por ocultar su condición, la decadencia es imposible de ignorar. En un bar de Kheru City, Nishang se embriaga mientras recuerda los días de gloria bajo el dominio de Silumgar, cuando él y su segundo al mando, Titsui, conquistaban aldeas y levantaban ejércitos de sibsig, los no muertos que servían a su amo.
Pero esos días han terminado. El nuevo orden de los Sultai ha convertido a los sibsig en seres honrados, liberados de su servidumbre. Para Nishang, esto es una traición a todo lo que alguna vez defendió.
“Me prometieron tres sibsig de mi propiedad,” murmura Nishang, su voz cargada de amargura. “Pero este nuevo orden me robó mi botín.”
El dueño del bar, cansado de sus quejas y del hedor que emana de su brazo, lo echa a la calle. Nishang, humillado y desesperado, se refugia en su bote destartalado, donde pasa sus días contemplando los pantanos y esperando una muerte honorable que nunca llega.
El Llamado De Las Profundidades
En sus momentos más oscuros, Nishang comienza a experimentar visiones. Un pez carpa, iluminado por una luz púrpura, aparece en el agua, guiando su bote hacia lo profundo de los pantanos. Allí, en un bosque fantasmagórico, Nishang se encuentra con una figura familiar: Titsui, su antiguo compañero de armas, ahora transformado en una criatura no muerta.

Titsui le revela que ha sido salvado por Sidisi, la antigua visir de Silumgar, y que Nishang también ha sido elegido para un propósito mayor: vengar a su maestro y destruir a los traidores que han corrompido el legado de los Sultai.
“Somos los últimos de una gran era,” dice Titsui. “Pero todavía hay esperanza… en ti.”
Nishang, rejuvenecido y transformado en un sibsig, acepta la misión. Sin embargo, pronto descubre que no todo es lo que parece.
La Traición Del Rakshasa
Mientras Nishang se prepara para infiltrarse en una ceremonia de los Sultai, donde cientos de sibsig serán anointed en las aguas sagradas del Árbol Antiguo, descubre que ha sido engañado. Titsui no es quien dice ser, sino un rakshasa, un demonio que ha tomado control de su alma y su cuerpo.

El rakshasa revela su verdadero plan: usar a Nishang como arma para envenenar las aguas y destruir a los sibsig, allanando el camino para el regreso de Sidisi y el restablecimiento del antiguo orden.
“Afortunadamente, nos aseguramos de que la victoria esté garantizada,” dice el rakshasa con una sonrisa siniestra.
Nishang, atrapado en su propio cuerpo, es obligado a cumplir con la misión. A medida que el veneno se esparce por las aguas, los sibsig comienzan a derretirse, gritando en agonía. Nishang, impotente, es testigo de la masacre que ha causado.
El Precio De La Redención
En un último acto de desesperación, Nishang intenta advertir a Dauna, la jefa necromante de los Sultai, pero es demasiado tarde. Dauna, horrorizada, lo atraviesa con una espada y lo levanta del agua, colgándolo de una rama del Árbol Antiguo.

“¿Qué has hecho?” grita Dauna, sus ojos llenos de terror.
Nishang, con lágrimas en los ojos, responde:
“Espera… soy diferente. He cambiado.”
Pero el rakshasa, que aún controla parte de su alma, se ríe en su mente. Nishang comprende que, aunque ha cambiado, una parte de él siempre pertenecerá a Silumgar.
Un Legado De Dolor
La historia de Nishang es un recordatorio de las complejidades de la lealtad, el engaño y la redención. Aunque busca vengar a su maestro y restaurar el orden que una vez conoció, su viaje lo lleva a confrontar su propia humanidad y el precio de la inmortalidad.

En los pantanos de Tarkir, donde la vida y la muerte se entrelazan, Nishang se convierte en un símbolo de la lucha entre el pasado y el futuro, y del costo de vivir en un mundo donde la traición y la lealtad son dos caras de la misma moneda.
¿Qué opinas de la historia de Nishang? ¿Crees que su redención fue genuina, o estaba destinado a caer en las garras del rakshasa? ¡Déjanos tus comentarios!