El capítulo 2 de March of the Machines: The Aftermath comienza con Nahiri, que se ha recluido en las profundidades del Emeria Skyclave en Zendikar. La antigua litomántica lucha minuciosamente para eliminar todo rastro de Pirexia de su plano natal, arrancando el metal retorcido de la roca. Habiendo sido convertida en pirexiana durante la pelea, Nahiri se sorprendió de haber despertado con su cuerpo normal, aunque sin su chispa de planeswalker.
Mientras se concentra en la tarea que tiene entre manos, Nahiri recuerda los momentos antes de la caída del Skyclave, donde fue atacada con Halo, y especula que fue este evento lo que revirtió su piresis y destruyó su chispa. Después de completar la separación del metal y la roca frente a ella, pasa a una serie de paredes de metal, aparentemente colocadas para proteger algo importante. Derribándolos uno tras otro, Nahiri finalmente se encuentra en una cámara de metal donde previamente se había atado al Skyclave. En este espacio encuentra un edro que contiene su chispa. El poder del edro es suficiente para que ella forme una salida, y Nahiri sube a la superficie.
Una vez de vuelta en la superficie, Nahiri se encuentra con la devastación que los pirexianos trajeron al plano. Culpándose a sí misma, Nahiri promete restaurar su chispa y arreglar su hogar. Después de formular un plan, se pone en marcha para localizar a un viejo conocido, pero es interrumpida por el sonido revelador de un planeswalker que se acerca: Ajani. Con su chispa intacta y todos los rastros de Pirexia eliminados de su cuerpo, Ajani explica que todos los demás planeswalkers que habían sido víctimas de la influencia de Elesh Norn estaban muertos, excepto ellos dos y Nissa, cuya chispa también había sido destruida.
Ajani intenta reclutar a Nahiri para viajar por el multiverso y ayudar a reparar el daño que causaron, pero ella está amargada y escéptica sobre los verdaderos motivos de Ajani. Si el leonin tenía la intención de hacerle daño o realmente quería que ella se uniera a él para una gira de expiación, no lo sabremos, ya que Nahiri rechaza su oferta y finalmente provoca una pelea entre los dos. Invocando el poder del edro y su chispa, Nahiri intenta levantar un muro entre ella y Ajani, pero en su lugar destruye accidentalmente el suelo debajo de ella y cae en picado a las ruinas de abajo.
Al despertar, Nahiri se encuentra empalada en el hombro con metal pirexiano, su edro dañado y Ajani no se encuentra por ningún lado. La ira comienza a acumularse dentro de la litomántica, y se encuentra consumida por la idea de cómo otros planeswalkers siempre terminan causando problemas para ella y Zendikar. El capítulo termina con Nahiri prometiendo hacer todo lo posible para sellar el plano de “fuerzas externas que lo dañarían”.