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Lorwyn Eclipsed, Episodio 3: Goldmeadow Cae En La Sombra Y Kirol Desaparece.

En Strixhaven, Ajani y Liliana vuelven a Harrier’s Wood con Dina para investigar la desaparición de Kirol, Abigale, Sanar y Tam. Liliana convoca una neblina negra para “escuchar” qué ha muerto allí y confirma que, como Jace, los estudiantes no están muertos; Ajani encuentra un pétalo azul cosido que reconoce como típico de Lorwyn y deduce que una faerie los arrastró por un Omenpath. Sabiendo que existe un Omenpath estable entre Lorwyn y Shandalar, Ajani promete buscarlos y traerlos de vuelta a través de ese plano, pero rehúsa llevar a Liliana, tanto por su deschispado estado como por los problemas que la esperan en Shandalar, y se marcha en dos pasos envuelto en luz.


Goldmeadow: refugio kithkin… hasta que llega Shadowmoor

En Lorwyn, Brigid guía a los cuatro estudiantes a través del bosque hasta Goldmeadow, una aldea kithkin amurallada bañado en luz donde piensa dejarles descansar y “preparar sus mentiras” sobre por qué se metieron en la guarida de Isilu. Allí, en la casa de reuniones, les pide que cuenten su historia: Sanar la resume entre atropellos y referencias a “robots malvados”, mientras Tam explica con calma cómo persiguieron a una criatura extraña, cayeron por un agujero y aparecieron junto al dolmen. Kirol y Abigale describen al ser como una diminuta figura humanoide de piel azul pétrea, alas de insecto y túnica de pétalos, y Brigid reconoce enseguida a una faerie, revelando que es amiga de su reina, Maralen, y que podría pedirle explicaciones.

Art by: Ralph Horsley

Antes de que puedan planear nada, la propia faerie azul entra por una ventana, se ríe en sus caras… y, pocos segundos después, suena la alarma de Goldmeadow. Al asomarse, Brigid y los estudiantes ven a Isilu avanzando por los campos: con cada paso, la oscuridad que emana del elemental cubre los alrededores y transforma el pueblo en su versión de Shadowmoor, con murallas más altas y erizadas de pinchos, edificios encogidos y reforzados, espirales que se vuelven defensivas y puertas estrechas. Dentro de la ciudad, kithkin “de día” y “de noche” se enfrentan; los de la sombra tienen posturas recelosas, ojos amarillos sin pupila y se niegan a abandonar la oscuridad, mientras los de la luz, abiertos y confiados, son atrapados por detrás conforme el borde de Shadowmoor avanza y, al ser tragados por la noche, cambian de bando en un instante.

Brigid cae en la noche y los alumnos huyen hacia Glen Elendra

Brigid identifica de inmediato el fenómeno como una irrupción anómala de Shadowmoor en territorio que llevaba años fijo en el lado Lorwyn tras la ruptura de la Gran Aurora, y entiende que debe elegir entre salvar Goldmeadow o escoltar a los forasteros. Mientras fuera ya vuelan piedras y flechas, Abigale le pregunta —por señas— cómo llegar a Maralen sin guía; a toda prisa, la kithkin les traza una ruta imposible: marchar hacia el este hasta el río Wanderwine, cruzarlo, bordear el Gilt-Leaf Wood hasta encontrar un afluente que cae en cascada, remontar un segundo arroyo oculto tras la cascada y llegar así a Glen Elendra, palacio crepuscular de la reina faerie.

Antes de salir, Brigid les da una última orden: cuando ella abra la puerta, deben correr hacia el límite de la oscuridad sin mirar atrás, pase lo que pase, y si alguien les ruega que se detengan, esa persona no será ella. Ya en la calle, Abigale toma el cielo con Sanar en brazos mientras Tam y Kirol corren por un trazado donde la calzada está partida literalmente a la mitad entre sol y sombra; los estudiantes ven cómo los kithkin de la luz son superados y convertidos por la noche, hasta que, en la muralla, sombras trepan a espaldas de Brigid, la arrastran al interior de Shadowmoor y, cuando sus ojos se abren de nuevo, brillan como lunas llenas: ahora dispara sus flechas contra sus antiguos aliados. Abigale desvía la mirada, llena de horror, y el grupo abandona Goldmeadow, dejándola caer. Más tarde, mientras cruzan otra pradera aún intacta, Abigale y Tam reflexionan sobre lo visto: la noche no es intrínsecamente malvada, pero muestra a las personas como su “yo nocturno”, temeroso y defensivo, aunque a veces en conflicto con quienes fueron de día.

Wanderwine, Gilt-Leaf… y la desaparición de Kirol

Siguiendo las instrucciones de Brigid, los cuatro viajan hacia el este por un paisaje saturado de luz, espirales y flores; Sanar bromea con que el plano le da ganas de hacer deberes y Tam, siempre pragmática, se aferra a la promesa de que Maralen podrá devolverlos a Strixhaven. Al cabo, el río Wanderwine aparece como una cinta plateada que domina el horizonte; demasiado ancho para nadar y demasiado rápido para vadearlo, obliga a improvisar. Abigale se ofrece a transportar a cada uno por turnos: lleva primero a Kirol, que disfruta del vuelo y comenta que algunos vampiros de su familia quizá podrían llegar a volar algún día, luego a Tam y por último a Sanar.

En la orilla opuesta, Kirol se fija en las flores de hojas planas y el césped más áspero, deduciendo que están cerca de un gran bosque: muchas flores son bioluminiscentes, quizá una fuente de luz en Shadowmoor. El grupo se adentra en la dirección señalada y, tras una caminata que se siente eterna bajo un sol inmóvil, alcanzan un bosque de ramas entretejidas como cestas, la Gilt-Leaf Wood. Una vez bajo su sombra natural —tan distinta de la noche antinatural de Isilu—, siguen buscando el afluente indicado, pero el cansancio y las distracciones hacen estragos: Sanar pisa con estrépito, Tam discute, Abigale solo percibe voces articuladas… y ninguno nota que Kirol se ha ido quedando atrás.

De pronto, una mano tapa la boca de Kirol, un brazo les cierra la garganta y una voz tranquila les advierte, con un cuchillo en el cuello, que un solo grito bastará para regar las flores con su sangre. El atacante resulta ser Lluwen, un elfo cazador de Lys Alana con pezuñas en vez de pies y largos cuernos, que los ha visto escapar de Goldmeadow y está convencido de que saben por qué Isilu camina. Kirol responde con ironía, empieza por lo esencial (“me llamo Kirol, mis amigos pronto se preocuparán”) y admite que solo quieren llegar a Glen Elendra para pedir ayuda a Maralen y volver a su mundo, pero Lluwen insiste en llevárselo como prisionero: High Perfect Morcant, líder de su pueblo, querrá interrogarlo. A regañadientes, Kirol acepta venir “sin gritar” pero le advierte de que no es un buen prisionero; el elfo reconoce que tampoco es el mejor cazador, y que los errores son de esperar, mientras lo empuja con la lanza hacia el corazón del bosque. Detrás, Sanar, Tam y Abigale siguen avanzando sin advertir aún que uno de los suyos ha desaparecido, cerrando el episodio con Kirol engullido por los árboles y el grupo, por primera vez, realmente separado.

Blue Hurricane
Blue Hurricane
Cronista, fotógrafo, historiador y artífice.

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