El formato Estándar de Magic: The Gathering nunca ha estado exento de polémicas, pero la decisión de extender la rotación a tres años puede ser uno de los mayores errores recientes de Wizards of the Coast. Lo que comenzó como una medida para que los jugadores pudieran disfrutar más tiempo de sus cartas, terminó por crear un ecosistema enrarecido, lleno de combos dominantes y con un metajuego prácticamente estático.
Hoy, el Estándar vive bajo la sombra de Vivi Cauldron, un mazo que probablemente ni siquiera existiría si la rotación hubiera seguido siendo de dos años. El problema es más profundo de lo que parece: cuanto más se alarga el tiempo de vida de las cartas en el formato, mayor es la presión para que Wizards imprima cartas absurdamente poderosas que mantengan las cosas “interesantes”. El resultado, como estamos viendo, es un ciclo de bans, cartas desbalanceadas y jugadores perdiendo interés.
Un Formato Roto
La idea inicial era atractiva: permitir que los jugadores no sintieran que su inversión en cartas caducaba tan rápido. Sin embargo, el efecto colateral fue brutal. Estrategias que nunca debieron coincidir —como Zur, Eternal Schemer con los Overlords de Duskmourn, o el ya mencionado combo de Agatha’s Soul Cauldron— permanecieron demasiado tiempo en Estándar, obligando a una oleada de prohibiciones y generando un ambiente tóxico de “juegas esto o pierdes”.
Con una rotación de dos años, la mayoría de estas cartas habrían salido de manera natural. En cambio, nos encontramos con un formato donde apenas dos arquetipos son competitivos en torneos grandes: Vivi Cauldron y Mono Red Aggro. Para el resto de mazos, las opciones son escasas.
La Paradoja De Los Nuevos Sets
El efecto más preocupante es que los sets más recientes apenas logran impactar Estándar. Si una carta no encaja en un arquetipo ya dominante, simplemente queda fuera del radar. Eso convierte a expansiones enteras en lanzamientos poco relevantes para los jugadores de Estándar, lo que reduce el interés competitivo y hace que Wizards dependa de imprimir “bombas” que, en muchos casos, terminan rompiendo también otros formatos como Moderno.
¿Cómo Arreglarlo?
Hay dos caminos posibles:
- Banear con más agresividad. Si un mazo se vuelve opresivo, no esperar meses para actuar.
- Regresar a la rotación de dos años, pero con un apoyo adicional como MTG Foundations, una colección base de cartas relevantes que pueda coexistir y dar estabilidad al formato sin obligar a inflar el poder de cada expansión.
Lo que está claro es que la rotación de tres años no fue la solución que Wizards prometió. El Estándar sigue perdiendo atractivo, los torneos tienen menos participación y la frustración de la comunidad crece. El futuro del formato depende de una decisión valiente: admitir que el experimento falló y volver a un sistema más sano y dinámico.
