En el mundo de los coleccionables, los artículos más inusuales pueden alcanzar precios astronómicos, especialmente cuando están ligados a la nostalgia y a franquicias icónicas como Pokémon. Este es el caso del “Cheetozard”, un Cheeto con forma de Charizard, el famoso Pokémon de tipo fuego, que recientemente se vendió por la asombrosa cifra de $87,840 USD en una subasta en línea. Este snack, que ha sido descrito como “muy duro” y con una forma peculiar que recuerda al dragón de la serie, se ha convertido en un fenómeno viral y en un ejemplo fascinante de cómo los objetos más inesperados pueden transformarse en tesoros valiosos.
Pero ¿qué hace que un simple Cheeto sea tan codiciado? La respuesta parece estar en la combinación perfecta de nostalgia, rareza y el poder de las redes sociales.
El Nacimiento De Una Leyenda: Cheetozard
El “Cheetozard” no es un simple Cheeto. Su forma única, que se asemeja al Pokémon Charizard, lo ha convertido en un objeto de deseo para coleccionistas y fanáticos de Pokémon. El snack fue subastado en el sitio web Goldin el 10 de febrero y, tras volverse viral, atrajo ofertas sorprendentemente altas. Finalmente, el 2 de marzo, se vendió por $87,840 USD, incluyendo una tarifa del 22% conocida como “Buyer’s Premium”.
Este fenómeno no surgió de la noche a la mañana. El Cheetozard había estado en posesión de 1st and Goal Collectibles, una tienda de coleccionables, durante cinco años. La tienda documentó en su cuenta de Instagram el proceso de mover el Cheeto entre diferentes “envoltorios” (cajas de plástico de distintos tamaños) antes de venderlo a Arena Club, un vendedor de cartas en línea, a finales de 2024. Posteriormente, el Cheetozard fue ganado en un sorteo y terminó en la subasta que lo llevó a su precio récord.
El Poder De La Nostalgia Y El Fenómeno Charizard
El hecho de que un Cheeto haya alcanzado un precio tan exorbitante es un testimonio del poder de la nostalgia y la cultura pop. Charizard, uno de los Pokémon más queridos y reconocibles de la franquicia, tiene un estatus casi mítico entre los fanáticos. Las cartas de Charizard son algunas de las más valiosas en el mercado de coleccionables, superando incluso a las versiones raras de Pikachu, la mascota principal de Pokémon. No es de extrañar que un Cheeto que se asemeja a este dragón de fuego haya capturado la atención y los bolsillos de los coleccionistas.
Este no es el primer caso en el que un Cheeto con una forma peculiar alcanza un precio astronómico. En 2017, un Cheeto con forma de Harambe, el gorila que se convirtió en un símbolo viral tras su muerte se vendió por casi 100,000 dólares.
Estos casos plantean una pregunta interesante: ¿podría esto convertirse en un esquema repetible? Con los 72,000 dólares del monto base de la subasta, se podrían comprar aproximadamente 24,000 bolsas de Cheetos, lo que equivale a unos 960,000 Cheetos individuales. Aunque no hay estadísticas sobre la frecuencia de deformidades en los Cheetos, las probabilidades sugieren que al menos uno o dos podrían parecerse a un personaje famoso.
¿Un Negocio Infinito O Una Rareza Única?
La venta del Cheetozard ha dejado a muchos preguntándose si este fenómeno podría replicarse. ¿Podría alguien comprar miles de bolsas de Cheetos en busca de la próxima rareza con forma de Pokémon o personaje viral? Aunque la idea es tentadora, la realidad es que el valor de estos objetos no radica únicamente en su forma, sino en la combinación de factores como la viralidad, la nostalgia y la historia detrás del artículo. El Cheetozard no es solo un Cheeto con forma de Charizard; es un símbolo de cómo la cultura pop y las redes sociales pueden convertir lo ordinario en extraordinario.
Más Que Un Snack, Un Fenómeno Cultural
El “Cheetozard” es mucho más que un Cheeto con forma de Pokémon. Es un recordatorio de cómo la nostalgia, la rareza y la cultura de internet pueden elevar objetos cotidianos a un estatus casi mítico. Aunque es poco probable que veamos un mercado establecido de Cheetos con formas extrañas, este caso demuestra que, en el mundo de los coleccionables, todo es posible. Mientras tanto, muchos estarán revisando sus bolsas de snacks con más atención, por si acaso encuentran el próximo tesoro viral.
¿Quién sabe? Tal vez el próximo Cheeto con forma de Pikachu o Mewtwo esté esperando ser descubierto.
