El conflicto en el multiverso de Edge of Eternities alcanza nuevas profundidades en su tercer capítulo. Esta vez, la historia nos presenta a dos nuevos protagonistas cuyas creencias los sitúan en extremos opuestos de una guerra interplanetaria: Alpharael, un acólito Monoísta atormentado por la pérdida, y Haliya, una escudera Summista dispuesta a desafiar incluso las profecías del destino. ¿Qué impulsa a una persona a entregarse al vacío? ¿Y qué ocurre cuando la luz predice la caída de los que más amas.
En lo profundo del espacio, donde la realidad se curva alrededor de Sothera —el agujero negro central del universo—, dos visiones opuestas del mundo chocan con violencia.
🕳️ Alpharael Y La Fe En La Oscuridad
Alpharael es un joven devoto del culto Monoísta, convencido de que Sothera es el portal hacia la “Próxima Eternidad”. Sin embargo, su fe se tambalea cuando sueña con su hermana, Raphaella, siendo arrastrada hacia el abismo. En lugar de hallar la prometida iluminación, ella grita de dolor, y Alpharael despierta aterrorizado, dudando por primera vez de sus creencias.
Pronto, recibe la noticia de que Raphaella ha completado su “tránsito”, es decir, ha sido consumida por Sothera como parte de un ataque kamikaze contra la nave insignia de la facción rival, la Dawnsire. Devastado, Alpharael pide ser incluido en la próxima oleada suicida de inevitors, cápsulas de caída equipadas con perlas gravitacionales —mini agujeros negros portátiles— que deben colocarse dentro de la nave enemiga antes de que el tiempo congelado por el event horizon se disuelva.

Aunque se ofrece voluntariamente, el miedo se apodera de él en el último momento. El sueño de Raphaella no era solo una visión: era una advertencia. Alpharael grita de terror, atrapado entre la fe ciega y la certeza de su destino.
Haliya Y La Defensa De La Luz
Mientras tanto, en las filas opuestas, Haliya cumple su rol de escudera con diligencia. Sirve al caballero solar Syr Vondam, y ambos son miembros de los Summistas, una facción racional que lucha por revertir el poder de Sothera y restaurar el equilibrio.
Para los Summistas, el sacrificio de los Monoístas no es noble, sino cobarde: una negación de la lucha en nombre de una supuesta verdad. Sin embargo, Haliya comienza a cuestionar esa visión. ¿Qué impulsa a miles a lanzarse a la muerte por una creencia? ¿Y si el enemigo no está equivocado, solo… incomprendido?
Todo cambia cuando la alarma de ataque suena. El enemigo se acerca, y Haliya parte junto a Syr Vondam hacia la Dawnsire. Allí, conocen al capitán Slats, un ser de luz pura conocido como Astelli, capaz de leer el futuro a través de partículas lumínicas.

Slats revela una profecía devastadora: Syr Vondam caerá en la próxima batalla.
Haliya se niega a aceptarlo. Suplica, cuestiona, implora… pero sabe que las visiones de un Astelli raramente fallan. Syr Vondam, en paz con su destino, le pide mantener la calma. Ambos se preparan para lo inevitable.