Capítulo 1: “Algo nos llama desde Sothera”
En los confines del universo conocido, más allá de los planos tradicionales y del alcance de los Planeswalkers, existe un lugar olvidado por los dioses y temido por los sabios: el Borde.
En ese borde del tiempo y el espacio, el sistema estelar Sothera se desintegra lentamente. Su sol agoniza, hinchándose con furia antes de explotar en una supernova que consumirá todo. Lo que fue una tierra de civilizaciones, especies inteligentes y secretos perdidos, está a punto de convertirse en ceniza cósmica.
Pero incluso en su ocaso, Sothera brilla con un último llamado. Un susurro que atraviesa las estrellas. Un “ven y mira”, dirigido a los curiosos, los ambiciosos… y los desesperados.
La Última Expedición
La historia comienza en la nave Silver Eyes, piloteada por Sami, un explorador marcado por las decisiones difíciles del pasado. Junto a él viaja Tezzeret, ahora conocido como el Metalman, una figura cargada de secretos, mecánica viva y agendas ocultas. Su misión: encontrar algo en Sothera. Algo que habla. Algo antiguo.

En su ruta viajan hacia una de las Columnas de Eternidad, estructuras colosales construidas por una coalición llamada Pinnacle. Estas columnas permiten viajar más allá de la luz, más allá del plano físico, conectando sistemas condenados con los mundos aún vivos. Son faros de escape… y monumentos funerarios.