¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de dejar tu huella en la historia de tu juego de cartas favorito, un juego que dominas a nivel competitivo? En el caso de Olle Råde, el primer jugador en tener la oportunidad de diseñar su propia carta de Magic: The Gathering (MTG), la respuesta fue inesperada: envió un diseño de broma, desapareció del radar por años y dejó a Wizards of the Coast en espera.
Esta historia, que combina humor y una pizca de caos, marcó el inicio de una tradición que ha producido algunas de las cartas más icónicas del juego.
El Origen Del Premio Y Un Diseño Que No funcionó
En 1997, Olle Råde, un jugador sueco, ganó el Hong Kong Duelist Invitational, uno de los torneos más prestigiosos de MTG en ese momento. El premio era único: diseñar tu propia carta para que fuera incluida en una futura expansión.
Sin embargo, según el diseñador de MTG, Mark Rosewater, Råde presentó un diseño en tono de broma llamado World of Burns. Este encantamiento mundial costaba un único maná rojo y carecía de texto de reglas. La idea detrás de la carta era simple: reemplazar o eliminar un encantamiento mundial que estuviera en juego. Aunque técnicamente cumplía con las reglas del juego, el diseño carecía de impacto real en la partida, y para colmo, el tipo de carta “Mundial” estaba en proceso de ser retirado del juego.
Rosewater pidió a Råde una nueva propuesta, pero lo que recibió fue aún más problemático: un contrahechizo que regresaba a la parte superior de tu biblioteca tras ser lanzado. Durante las pruebas, esta carta resultó ser completamente desequilibrada, generando partidas frustrantes.
Tras dos intentos fallidos, Råde dejó de responder a Wizards of the Coast, posiblemente debido a su ingreso al servicio militar obligatorio en Suecia.
De Una Idea Fallida A Una Tradición Exitosa
A pesar de este tropiezo, el premio se mantuvo para futuros torneos. En el segundo Magic Invitational, Darwin Kastle diseñó Avalanche Riders, una carta que fue bien recibida y abrió la puerta para que otras cartas icónicas como Meddling Mage y Shadowmage Infiltrator surgieran de esta tradición.
Cinco años después de su victoria, en 2002, Olle Råde finalmente se reconectó con Mark Rosewater. De esa colaboración nació Sylvan Safekeeper, una carta incluida en la expansión Judgment.
Este elfo, cuya ilustración incluye a Råde montado en una araña gigante, rinde homenaje a su mazo ganador del Pro Tour Columbus, conocido por usar cartas poco convencionales para superar al meta.
Pro Tour Columbus 1996 – Olle Râde
Bloque Construido – Ice Age
Criaturas (21) 4 Deadly Insect 4 Fyndhorn Elves 4 Giant Trap Door Spider 1 Gorilla Shaman 2 Orcish Cannoneers 2 Storm Shaman 4 Woolly Spider Encantamientos (2) 2 Stormbind Conjuros (7) 1 Jokulhaups 2 Lava Burst 3 Pillage 1 Pyroclasm instantáneos (6) 2 Giant Growth 4 Incinerate Artefactos (6) 2 Lodestone Bauble 4 Urza’s Bauble Tierras (18) 7 Forest 4 Karplusan Forest 7 Mountain | Sideboard (15) 1 Anarchy 2 Essence Filter 1 Jokulhaups 1 Primitive Justice 2 Pyroclasm 1 Icy Manipulator 1 Jester’s Cap 2 Vexing Arcanix 1 Zuran Orb 1 Monsoon 2 Pyroblast |
El Legado De Olle Råde
Aunque su camino para diseñar una carta fue caótico, Råde dejó un impacto duradero en la historia de MTG. Su diseño, Sylvan Safekeeper, sigue siendo una carta relevante en ciertos formatos y recientemente fue celebrada por su éxito en torneos modernos.
Råde ha sido un ejemplo de cómo los fanáticos de Magic pueden influir en el juego de formas inesperadas, y su historia, aunque inusual, ayudó a establecer una tradición que ha producido algunas de las cartas más memorables de MTG.
La anécdota de Olle Råde es un recordatorio de que incluso los comienzos accidentados pueden dar lugar a grandes legados. Su travesía desde un diseño de broma hasta la creación de una carta icónica refleja el espíritu creativo y la pasión que definen a la comunidad de Magic: The Gathering. Hoy, su contribución permanece como una pieza curiosa y valiosa en la historia del juego.