La historia comienza desde la perspectiva de Kaito, quien escapa por poco de una trampa de ilusión pirexiana, gracias a un golpe de despertar de su amigo de la infancia, Wanderer. Ahora, de vuelta a la normalidad, Kaito se encuentra en una reuinión con Wanderer y Nahiri, quien acaba de terminar una breve escaramuza con algunos de los lugareños robóticos. En esta batalla, Nahiri sufriría un pequeño corte, del cual inicialmente se encoge de hombros, pero sin que ella y sus camaradas lo supieran, sería suficiente para que se infectara.
Debido a su chispa inestable, Wanderer lucha por permanecer en el plano. Para conservar la fuerza, existe etéreamente, pero inevitablemente se ve arrastrada de regreso a la Eternidad Ciega. A pesar de perder temporalmente al Wanderer, su lugar en el grupo sería reemplazado por el príncipe de Kaldheim: Tyvar Kell. Juntos, el nuevo trío se abre camino a través del plano desolado, en busca del resto de su equipo. Sus esfuerzos eventualmente valdrían la pena, ya que se encuentran con Melira, una feroz luchadora, sanadora y una de los pocos humanos que quedan en Mirrodin. Mientras Melira familiariza al trío con las complejidades del plano y a lo que se enfrentan, llega otra planeswalker, Elspeth. Después de que una entrada brusca la deja inconsciente, Elspeth se despierta justo a tiempo para prepararse para una pelea de seis contra uno contra los centinelas pirexianos. A pesar de derribar a tres, se da cuenta de que la batalla no va a su favor, hasta que Kaya acude en su ayuda, y juntos, el dúo elimina fácilmente a los enemigos restantes.
Poco después, Elspeth y Kaya se encuentran con un campamento Mirran, convenientemente el mismo que alberga a Kaito, Nahiri y Tyvar. Al ingresar al campamento, Elspeth se reencuentra con Koth, el hombre que la ayudó a escapar de las garras de los pirexianos años antes. La aparición de Koth no es la única sorpresa, ya que Jace se uniría a la reunión poco después. Jace les revela a los otros planeswalkers que al llegar al plano, Vraska no estaba por ningún lado y que Nissa había caído en una especie de trampa pirexiana y había sido llevada a un lugar desconocido. Ninguno de los grupos sabía qué había sido de Lukka tampoco. Con la mayor parte posible del grupo reunido, Jace explica su plan para usar el Sylex para destruir la raíz de la infección pirexiana, con suerte sin colapsar el plano.
Durante la reunión, Nahiri inspecciona sutilmente la herida de su cuello, solo para descubrir que se ha curado y ha sido reemplazada por una especie de protuberancia metálica debajo de la piel. Melira se da cuenta de la infección de Nahiri y le asegura en voz baja que podrán curarla una vez que termine la misión y antes de que sea demasiado tarde. El episodio termina con el equipo preparándose para descender al plano, planeando aterrizar directamente en Dross Pits sobre la sala del trono de Elesh Norn.
Aquí puedes leer completos los capítulos uno y dos de Phyrexia: All Will Be One.
