Balance. En la naturaleza todo tiene al balance, desde los ínfimos átomos que componen todo, hasta los eventos astronómicos, todos tienden al balance, aunque parte de ese ciclo es, indefectiblemente, perturbación.
Y enormes perturbaciones es lo que ha sucedido con Magic:The Gathering 2019-2020.
Haciendo caso omiso de las voces que cada set nuevo indican que el Magic por fin morirá, (chequen este video del profesor), los últimos dos años han sido convulsos en varios aspectos…
Si algo ha caracterizado a MTG es la estabilidad de los niveles de poder de las cartas. Cartas de las primeras expansiones (hace 27 años), siguen totalmente vigentes en formatos eternos donde conviven libremente con las cartas más nuevas; incluso algunas de las más antiguas siguen siendo muy poderosas, como Demonic Tutor, mención especial al Power 9, que marco la regla con la que se debe medir lo que se denomine “demasiado poderoso”, pero siempre lanzando cartas y mecánicas que refrescan el juego y sin subir demasiado la barra de poder y generando nuevas técnicas, como en su momento Shardless Agent o True-Name Nemesis.
Siempre se ha buscado un balance entre muchas tácticas, y si este balance en variedad se ve afectado con alguna técnica que se salga de control, de inmediato se toman medidas. Situaciones como aquel invierno Eldrazi de moderno donde el metajuego se convirtió en un o juegas Eldrazi, o juegas contra Eldrazi, son poco sanas para el juego. Se supone que precisamente por eso tienen un equipo de R&D encargado de medir esas consecuencias, pero pareciera que se fueron a la cuarentena con dos años de anticipación.
Hoy en día, Estándar parece poco interactivo con muchos planeswalkers, (si no es contrarrestado, el walker entra, y puede activar sus habilidades antes de ceder prioridad) y mecánicas que se enfocan en armar un plan de juego interactuando lo menos posible con el oponente, multiplicando su maná. Uro, Growth Spiral y Nissa, Who Shakes the World crean un ambiente opresivo para cualquier mazo que se este jugando y poco interactivo. La interacción entre los jugadores ha sido un deseo de WotC desde hace muchísimos años, me atrevería a decir que desde siempre.
Recordemos Modern Horizons. Un set de cartas nuevas enfocadas en el formato de Moderno. Emocionante. Conforme descubrimos las cartas fue fresco ver como de verdad se sentía renovador el formato. Eso nos lleva a querer comprar producto*. Y llegó Hogaak, Arisen Necropolis, rompió el formato. En muy poco tiempo dominó el metajuego por completo, trataron de equilibrarlo, sin duda, quitándole motores importantes vetando Bridge from Below y Faithless Looting (no vamos a vetar una carta que acabamos de sacar, ¿cierto?), pero al final siguió dominando tanto el formato, que se llevó un veto en muy poco tiempo. ¿fue todo?, no, en la misma expansión salió Urza, Lord High Artificer a quien le quitaron Mox Opal del formato antes de que saliera de control también. Tal vez si hubieran salido en Estándar, podría aceptar que un efecto no calculado, pero no, el producto se llamó Moder Horizons, estaba hecho para favorecer, no para romper el formato. ¿Es que acaso fue su primer día?
Bueno, al menos controlaron los daños. Lo bueno que después de eso volvimos a la normalidad, ¿cierto?… tal vez en moderno… espera, no, Moderno también salió afectado de su siguiente resbalón: Oko, Thief of Crowns. Honestamente yo creía que ya era mucho problema Teferi, Time Raveler, un planeswalker que por 3 manas, tiene todo: candado a la velocidad de juego del oponente , remoción/robo de carta y darle “Destello” a tus conjuros, dulces globales a velocidad de instantáneo mientras tu oponente no puede hacer nada… pero no, fue Oko, quien por 3 manas tiene algo más efectivo que un hechizo de remoción, dejar inútil a las criaturas y entrando con suficiente lealtad para convertir algo en alce, recibir el golpe y seguir vivo (siempre he creído que se equilibraría si esa habilidad fuera de -2 de coste)… fue vetado en Estándar…y en Moderno… y en Pioneer… y en Brawl….
Bueno, pero allí acaban los problemas ¿no?… te platicaré rápidamente que con Ikoria, surgió una nueva mecánica llamada compañero que esta dando dolores de cabeza en todos los formatos por la manera en que se juega, algunos la consideran un ventaja de mano injusta a como está estipulado hoy en día, y uno de ellos, Lurrus, rompió Legacy y Vintage y tuvo que ser prohibido, con miras a lo mismo en Moderno y Pioneer. El lunes habrá nuevos vetos.
OK, están haciendo las cartas más poderosas. ¿Qué tiene de malo?. Puedes preguntarle a otros TCG cuyo entorno no están estable. O me viene uno a la mente, un juego nacido en Chile, muy popular en Latinoamérica, donde el poder de los mazos llegó a un punto tan alto que los mazos ganaban en turno cero. Ese juego acabó por morir y ha tratado de resurgir desde cero. Hacer que cada expansión tenga cartas más y más poderosas puede restarle interés a la expansión y matar el valor de cartas anteriores, y si bien eso es el espíritu de estándar, quitarle el poder a los formatos eternos puede costar una base de jugadores entera que se traduce en pérdidas monetarias (sin mencionar el impacto al mercado secundario). Y no solo eso, al final esto es un juego donde se busca ganar y para eso invierte uno en las mejores cartas, pero, si cada torneo hay que estar al pendiente de que mazo puede ser tan poderoso, esto puede desincentivar la asistencia a los torneos, y si esta incertidumbre prevalece se puede traducir en desinterés por el juego y de nuevo, a pérdidas monetarias.
Pero tienen un juego organizado muy bueno, hasta tienen ligas. Estos eventos han demostrado ser exclusivas y pocos jugadores pueden llegar a ella. Y parece que sí, por pertenecer a la Liga puedes tener ayudas extra. Entonces si es muy difícil pertenecer a una liga, y si no estas en ella llevas desventaja. ¿Tiene caso? Para muchos jugadores, sí. pero ¿Hasta cuándo?
Ok, entonces, falta de análisis de R&D y ventajas injustas para la MLP… ¿Es todo?
Realmente no, también sucede que WotC está a la caza de las ballenas. Que es básicamente apuntar a las comunidades del mercado con la voluntad de pagar “muchocientos” dólares por producto catalogado como “exclusivo” con re impresiones del gran valor en el mercado secundario, el costo de producción es mínimo, por que siguen pagando artistas, mismo cartón (cuya calidad ha ido en declive, dicho sea de paso), mismas tintas, mismo empacado y misma línea de distribución, pero a un precio más acorde a un boleto de lotería de poder encontrar una carta de enorme valor secundario, a pesar de decir abiertamente que ellos no se guían por el mercado secundario, de facto la historia es diferente.
Pero son una empresa, ¿Los culpas por querer ganar dinero? No. Absolutamente no, pero es la manera en la que lo están haciendo que resulta dañina para ellos mismos. El mercado de pasatiempos, juegos de mesa TCG y esports tiene muchísimas opciones. Lo que ha cautivado del Magic es su estabilidad entre innovación y formatos eternos, están minando esa estabilidad. De perder la preferencia, los consumidores pueden vender sus colecciones rápidamente en el mercado secundario y emigrar a otros juegos. Eso es una merma de ingresos para la empresa. Pueden quedar las ballena que paguen los precios exorbitantes, pero, ¿Se quedarán en su mercado si se quedan sin alguien con quién jugar?, ¿Ya calcularon cual puede ser el límite de sobresaturación de producto? A lo que voy, su estrategia causa muchísimas ventas a corto plazo, pero un juego que se ha mantenido por 27 años y sobrevivido aun en la transición digital, debería pensar más a la ganancia a mediano y largo plazo, creo yo.
Estas perturbaciones son necesarias en el proceso de evolución, espero de verdad que aprendan la lección y que el ciclo se renueve con cosas mejores.
Bonus: La Lista de Reserva. Ya déjenla por la paz, en USA es deporte demandar a las compañías por lo que sea, si la quitaran, el puro pánico provocaría avalanchas de demandas de coleccionistas, aunque no procedan, sería desgastante; y WotC ha demostrado poder hacer millones de dólares y mantener una base fiel de jugadores hasta hoy, sin requerir abrir esa caja. No sucederá. Y me duele mucho en mi comanderoso corazón.